Puentes
Para salvar los diversos cursos de agua que discurren por su entorno Ledesma cuenta con varios puentes.
De entre todos ellos es obligado mencionar los siguientes:
Para salvar los diversos cursos de agua que discurren por su entorno Ledesma cuenta con varios puentes.
De entre todos ellos es obligado mencionar los siguientes:
Aunque parece bastante probable que ya existiera en época romana, fue en el siglo XV, en tiempos de Beltrán de la Cueva, cuando se construyó este puente sobre el río Tormes con unas características parecidas a las que se aprecian en la actualidad.
De aquella época se conservan los dos arcos ojivales centrales. Los ojos de los extremos podrían derivar de la reforma efectuada a mediados del siglo XVI. El arco que resta, volado por los franceses en la Guerra de la Independencia, fue reedificado en 1816 a expensas del conde de Ledesma con el fin de seguir cobrando el derecho de pontazgo, del que disfrutó hasta 1909, fecha en la que el puente pasó a ser de titularidad pública.
A la entrada del puente, probablemente en el lugar en el que se ubicaba la ermita de San Lázaro, se encuentra actualmente la ermita de Nuestra Señora del Carmen, patrona de la Villa.
Ubicado junto al puente medieval y construido en plena expansión urbanística, constituyó una alternativa vial que mejoró el acceso a Ledesma. Para su construcción fue necesario proceder al derribo de parte de las murallas.
Aunque ya en 1934 fue aprobado el proyecto para su realización, el comienzo de la Guerra Civil impidió el inicio de las obras, siendo años después cuando se reanuda su construcción, para finalmente ser inaugurado el día 24 de julio de 1954.
Realizado con hormigón ciclópeo, consta de un gran arco central de 49 metros de luz, 20 de flecha y 8 de anchura. Los espesores del arco son de 4 metros en el arranque y de 1,80 en la clave. Sobre el arco se apoyan en cada semilado tres pilastras que conforman cuatro arcos de poca luz. El puente se completa con dos arcos de 10 metros de luz cada uno, a cada lado del arco y separados del mismo por una robusta pila.
Este puente, catalogado como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento Histórico Artístico junto con los restos de calzada romana de sus extremos, está considerado por los especialistas como de origen romano, aunque de aquellos tiempos algunos piensan que solo queda el emplazamiento y los cimientos que lo soportan.
Situado sobre la rivera de Cañedo, consta de cinco arcos de bóveda de cañón, desiguales en cuanto a dimensiones y construidos con sillares de granito, con tajamares frente a corriente y dos refuerzos en la parte posterior. El puente ha sufrido varias modificaciones y reconstrucciones a lo largo de la historia, aunque su escaso uso y el hecho de que el camino no estaba acondicionado para el paso de vehículos a motor ha facilitado la conservación de algunos de sus elementos originales.
La procedencia del nombre del puente es incierta, seguramente se refiera a la representación del estado de destrucción que en algún momento sufrió.
A este puente, de posible origen romano y ubicado sobre la rivera de Fuentes Luengas, se accede por el camino que parte hacia el oeste, también conocido como vereda de Peñalvo y que unía la Villa con la población de Campo de Ledesma. Dicho camino empieza a la salida de la población, junto al inicio de la carretera SA 302 que une Ledesma con Trabanca, y en su primer tramo discurre paralelo a esta carretera.
La fábrica es de sillería de granito, dispuesta en hiladas. Consta de tres arcos de medio punto de distinta luz y altura, de los cuales el central y el más próximo a Ledesma son de mayores dimensiones. También dispone de tres tajamares frente a corriente y uno posterior de refuerzo. Mide 51 metros de largo por 3,75 de ancho. Es todavía transitable y en sus inmediaciones se encuentran abundantes fragmentos de tégula y baldosas.