La Fernandica, situada en pleno barrio de Santa Elena, representa el ejemplo más claro de las antiguas casas de comidas que existieron tiempo atrás y que aún perviven en Ledesma. El nombre le viene de Fernando, el abuelo de las actuales propietarias, Ángeles y Tere, y supone una humilde taberna con ambiente familiar y acogedor en la que no solo se pueden degustar los guisos y productos más típicos de nuestra tierra, elaborados al estilo más tradicional, sino que se disfruta de la amabilidad y hospitalidad con las que atienden a todos los viajeros que se acercan a esta casa.