PLAN 1
Para poder disfrutar de Ledesma conociendo su historia, costumbres o tradiciones, la propuesta que ahora presentamos te ocupará toda una jornada.
Para ello sugerimos comenzar la visita en su Centro de Interpretación de la Historia, BLETISA. Ubicado en la iglesia de San Miguel, supone un espacio patrimonial donde poder descubrir los enigmas de la villa, conocer sus rincones, comprender el pasado y saborear su presente.
En la misma calle donde está ubicado el Centro de Interpretación se halla un acogedor taller de artesanía en el que se permite al visitante ser “artesano por un rato“. En él, los visitantes que se animen a participar, podrán elaborar con la ayuda y bajo la dirección de Marisa una pieza de madera y la decorarán con la técnica decorativa del pirograbado –grabado a fuego-.
Y después de haber dedicado toda la mañana a descubrir una parte de la cultura que Ledesma guarda, conviene hacer un alto para reponer fuerzas y degustar su buena gastronomía en cualquiera de los distintos restaurantes existentes en la Villa.
Concluido el descanso y tras haber disfrutado de la buena mesa, te proponemos seguir descubriendo Ledesma sin prisa. Para facilitar el paseo se ha creado una ruta urbana circular, formada por delicadas señales colocadas en calles y edificios, destinadas a orientar por el entramado de callejuelas y contar o descubrir pequeñas historias que nos revelan el pasado de sus gentes.
El recorrido te conducirá hasta la galería de arte ubicada en el Hospital de San José. En este edificio del siglo XVIII, en el que reina un ambiente de silencio y paz, se dedica un par de salas a la exposición de pintura (óleos, acuarelas, plumillas y dibujos) y poemas pertenecientes al hermano Abraham de la Cruz, que presentan un paseo por diferentes escenas de la Biblia.
PLAN 2
Ledesma ofrece diversas posibilidades para el disfrute de su naturaleza. Entre ellas se encuentran los diferentes senderos señalizados, para recorrerlos a pie o en bicicleta todo terreno, que discurren a lo largo de su tierra, adentrándose incluso en el territorio de los municipios limítrofes: el Cordel de Merinas, el Camino de la Playa de Carnaceda, la ruta de Peñaserracín o la del Puente Mocho son algunas de las alternativas existentes.
Cabe destacar la del Puente Mocho, por ser la que conduce a uno de los lugares con más encanto que posee Ledesma, el entorno de un viejo puente con restos de calzada romana declarados Bien de Interés Cultural. El paseo por el corto trayecto que hasta allí conduce transmite al visitante una gran sensación de calma, en la que uno se siente aislado del resto del mundo, donde nada interrumpe el contacto más estrecho con las diversas especies que habitan en el lugar.
Tras el esfuerzo empleado en el recorrido por los caminos de la tierra de Ledesma, conviene hacer un alto para probar los productos típicos de la zona, y que caracterizan nuestra gastronomía, en cualquiera de los restaurantes que existen en la Villa.
Una vez recobradas las fuerzas existen otras alternativas en Ledesma para seguir disfrutando de distintas actividades al aire libre. Así en los roquedales de la ribera del río se encuentran señalizadas varias zonas de escalada y en la trasera del frontón, dentro del complejo deportivo de los Cardos, se ha instalado recientemente un rocódromo. Asimismo, se puede dedicar una parte del día a probar destreza y puntería con el tiro con arco.
Pero si vienes en época estival, cuando el calor aprieta demasiado para poder practicar alguna de las actividades presentadas, podrás realizar una refrescante ruta en piragua en las aguas del río Tormes a su paso por Ledesma.