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No es posible visitar el interior de los palacios dado su carácter privado, pero se recomienda detenerse para admirar los detalles de sus exteriores y leer con calma las historias que muchas de ellas narran en la señalización patrimonial de sus fachadas.
Ledesma mantiene la imagen de una ciudad tradicional cuyo valor no solo reside en los distintos monumentos que conserva, tanto de carácter religioso, civil o defensivo, sino en el conjunto de todos ellos sumado a un entramado de calles, rincones, plazas y barrios perfectamente estructurados según su función, que le confieren un aire de villa histórica anclada en el pasado.
En ella cabe destacar los diferentes palacios y casonas levantados desde finales del siglo XV en adelante y que aún conserva dentro del recinto amurallado: el Palacio de Beltrán de la Cueva o Casa de los Roderos, la Casa de las Almenas, la Casa Consistorial, la Casa de los López-Chaves, el Palacio de Rodríguez de Ledesma, la Casa del Mayorazgo de los Paces, la Casa de Manuel García Godínez de Paz, la Casa de Padua, la Casa de Agustín Escudero de Dios, la Casa de San Nicolás, son ejemplo de ello.